Durante dos semanas, Melbourne alberga el primero de los cuatro Grand Slam que tienen lugar durante la temporada. Los tres restantes, en este orden, serán Roland Garros (París, del 26 de mayo al 10 de junio), Wimbledon (Londres, 1 al 15 de julio) y el US Open (Nueva York, del 26 de agosto al 9 de septiembre). Cada ganador se llevará un total de 2.000 puntos para el ranking, además de un suculento premio económico.
La organización del primer Grand Slam de la temporada anunció que destinará un total de 62,5 millones de dólares australianos (38,52 millones de euros) en premios para los jugadores.
Esto supone la cantidad más alta entregada en el torneo en toda su historia y un incremento del 14% respecto a la edición de 2018. El director del Open de Australia, Craig Tiley, lo tiene claro: «Los jugadores son las estrellas del espectáculo. Atraen a los aficionados y llenan estadios. Por eso invertimos importantes recursos para cuidarlos».
En total, los premios se reparten de la siguiente forma y por igual manera en la modalidad masculina y en la femenina. El ganador/a se lleva un total de 2.580.000 millones de euros. Ser finalista, pese a caer en la final, implica un premio superior al millón de euros (1.290.000). Para los semifinalistas hay un premio de 579.000 euros, mientras que caer en cuartos tiene un aporte económico de 289.523 euros. Por lo tanto, estar entre los ocho menores, algo reservado ya para los elegidos habitualmente, permite al jugador sumar numerosos puntos y un bote alto.
Respecto a las rondas iniciales, 163.659 euros por llegar a cuarta ronda, 97.566 por estar en el torneo hasta el tercer partido, 66.000 euros tras perder en segunda ronda y 47.200 euros por estar únicamente en el cuadro final, despidiéndose en primera ronda. En otras modalidades, los ganadores de dobles (tanto masculino como femenino) tienen de premio 472.000 euros, mientras que en doble mixtos la cuantía es de 116.000 euros para la pareja victoriosa.
fuente: as.com