El serbio Novack Djokovic aplastó en el cierre de Open de Australia, a un timorato español Rafa Nadal por un contundente 3-0 (6-3, 6-2 y 6-3).
El que se anunciaba como un encuentro memorable por la gran calidad de ambos, resultó ser la consagración para “tocar el cielo” de un Djokovic seguro, fuerte y resistente ante un Nadal que tuvo que rendirse ante el serbio y declarar tímidamente diciendo que “No fue su noche”.
El Rod Laver Arena de Melbourne, desde muy temprano ya vivía las emociones de lo que mucha gente espera del número 1 y 2 en la clasificación de la ATP. Al final, mucha gente parecía salir decepcionada del gran choque por que no lleno las expectativas. En descargo del español tal vez recordar que desde el 07 de enero no disputaba partido oficial debido a una lesión.
Djokovic, se presentó en el episodio 53 de la rivalidad más repetida del tenis en la Era Open con la credencial y el peso de haber logrado siete victorias en los últimos enfrentamientos en pista dura frente a Nadal.
Arrancado el duelo, Nadal solo ganó un punto sin perturbar para nada a Djokovic. En el segundo set, el serbio y tan solo en 36 minutos, liquidó con un contundente 6-2 forzando 11 errores a su rival. El tercero fue un suple trámite para le serbio que se mostraba en toda la plenitud de sus condiciones, atento, saques feroces, fuerte y elástico para llegar a donde sea.
A sus 31 años y en su mejor momento físico y técnico, Novack Djokovic, con una sonrisa de felicidad, se arrodillo para agradecer al cielo y poner a sus pies el Rod Laver Arena de Melbourne, sede del Open de Australia.