BEIJING (China) – El líder Luis Scola apareció una vez más para Argentina para liderar una clase magistral en las semifinales de la Copa del Mundo en Beijing que les llevó a ganar a Francia por 80-66.
Como lo ha hecho en múltiples ocasiones en el pasado, Scola, de 39 años, maniobró hábilmente para entrar y ganar la partida a los defensores, mientras sumaba 20 puntos y 13 rebotes para liderar a Argentina en su primera victoria en la semifinal de la Copa del Mundo desde 2002.
Francia se mantuvo cerca durante una mitad entera, pero el juego persistente y fluido de Argentina dejó sin gasolina al entrenador Vincent Collet en los últimos dos cuartos. Por mucho que lo intenten Les Bleus, simplemente no podían encontrar su ritmo ofensivo, y por cada parcial que montaban, los argentinos tenían una respuesta.
Los esfuerzos de Scola fueron respaldados por Facundo Campazzo y Gabriel Deck, quienes anotaron 12 y 13 puntos respectivamente. Francia fue liderada por Frank Ntilikina y Evan Fournier, quienes se combinaron por 31 puntos.
El punto de no retorno: Francia perdía solo cuatro puntos en los últimos momentos de la primera mitad antes de que el base argentino Facundo Campazzo anotara un triple para darle a su equipo una ventaja de 39-32 al descanso. El lenguaje corporal de los franceses cambió instantáneamente después de ese tiro, y fue la chispa que comenzó a impulsar a favor de Argentina por el resto del partido.
Ver a Scola hacerlo bien en esta fase nunca pasa de moda. Ya tenía un doble-doble al descanso, y solo continuó teniendo un impacto en el juego de la forma en que solamente él puede hacerlo. Ciertamente no es uno de los jugadores más rápidos o atléticos en la cancha, pero su inteligencia y su coeficiente intelectual de baloncesto no tuvieron paralelo en este encuentro.
Francia lanzó con un 52.4% ultra eficiente desde el campo en sus primeros seis partidos de la Copa del Mundo, pero en las semifinales, extrañamente tiraron una pedrada detrás de otra. Al final del partido, la tasa de éxito de los tiros de campo de Francia era solo del 38%. Sus tiros libres también fueron algo para olvidar, con solo el 55%.
Argentina tiene la oportunidad de ganar su primera Copa del Mundo desde que fueron anfitriones y ganaron la edición inaugural en 1950. No alcanzaron esa hazaña en la final de la Copa del Mundo de 2002, pero tendrán otra oportunidad aquí en Beijing cuando se enfrenten al único otro equipo invicto en el campeonato, España.
Después de vencer a Estados Unidos, Rudy Gobert mencionó que incluso una victoria de esa magnitud no significa nada si no lo ganan todo. Ahora él y sus compañeros de equipo tendrán que ir al diván un poco antes de enfrentarse a Australia por el tercer puesto el domingo.
Las declaraciones fueron «Fueron el mejor equipo esta noche. Desde el primer hasta el último minuto, fueron más agresivos y jugaron más como un equipo. Saltaron las líneas de pase y nos incomodaron un montón. Fue un dominio completo». – El pívot de Francia Rudy Gobert
«Ellos [Argentina] se lo merecen. Solíamos decir que la agresividad es la clave principal, y esta noche no hubo agresividad por nuestra parte. No pudimos ejecutar nuestras jugadas. Pusieron tanta presión sobre nuestros bases, incluso subiendo el balón era difícil. También fallamos tiros libres y les permitimos muchos rebotes ofensivos». – El entrenador de Francia Vincent Collet
«Fue un gran partido para nosotros. Los entrenadores lo planearon perfectamente, y lo entendimos como un bloque. Para vencer a un equipo como Francia, sabíamos que teníamos que jugar una gran defensa, con nuestra identidad y lo hicimos. Sabíamos tenían un gran equipo en ataque, pero sabíamos que podíamos detenerlos. Eso nos hizo confiar en nosotros para ejecutar ofensivamente, y nuestros tiros entraron». – El base argentino Facundo Campazzo
«Sabíamos que quien gana el tempo gana el partido. Francia es un gran equipo, pero juegan de manera diferente a nosotros. No corren tanto como nosotros. Sabíamos que contra nosotros jugarían de la misma manera. Creo ganamos la batalla de tempo hoy. Les hicimos jugar nuestro partido, y jugamos la mejor defensa que nunca he visto de ningún equipo». – El entrenador argentino Sergio Hernández
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