En el mundo del automovilismo, la academia de Red Bull es sinónimo de excelencia y talento.
Con una tasa de éxito del 40% en la parrilla actual de la F1, es la cantera más prolífica de pilotos de élite.
Max Verstappen, el tetracampeón mundial, es el ejemplo más emblemático de triunfo dentro del programa de jóvenes pilotos de Red Bull. Desde su debut en la F1 con apenas 17 años, Verstappen ha pulverizado récords y se ha consolidado como uno de los mejores pilotos de la historia.
Sin embargo, no todos los pilotos que pasan por la academia de Red Bull logran alcanzar el éxito de Verstappen. La presión y la competencia son extremadamente altas, y muchos pilotos no logran sobrevivir en el molino de la estructura austríaca.
Carlos Sainz, actual piloto de Ferrari, es un ejemplo de piloto que no logró triunfar dentro de la estructura de Red Bull.
A pesar de su talento y su potencial, Sainz fue superado por Verstappen en Toro Rosso y terminó emigrando a Ferrari, donde ha logrado demostrar su valía como piloto de élite.
Pierre Gasly, otro piloto que pasó por la academia de Red Bull, es un caso agridulce. Su victoria en Monza 2020 demostró su potencial, pero su breve paso por Red Bull en 2019 fue un desastre. La presión de sustituir a Daniel Ricciardo y estar al lado de Verstappen fue demasiada, y Gasly terminó siendo degradado a mitad de temporada.
La academia de Red Bull es un filtro implacable que selecciona a los pilotos más talentosos y los prepara para la competición de élite. Sin embargo, no todos los pilotos que pasan por la estructura logran alcanzar el éxito.
La presión y la competencia son extremadamente altas, y muchos pilotos no logran sobrevivir en el molino de la estructura austríaca.